jueves, 20 de noviembre de 2014

Taller de lectura y escritura. CREAMOS UNA HISTORIA

Tratando de alcanzar el propósito fundamental de este BLOG, que es que sea una herramienta de trabajo compartido, propongo la siguiente actividad:

¡¡¡NOS VAMOS A CONVERTIR EN ESCRITORES DE HISTORIAS!!!!!

La idea es la siguiente: A partir de la imagen que yo voy a incorporar nos inventaremos el argumento. Entre todos idearemos la trama que rodea a los personajes. Leeremos la propuesta que precede a la nuestra e intentaremos continuarla. El título de la misma será consensuado por todos los participantes, con lo cual será nuestra tarea final. Y ¿por qué no?, soñaremos con verla publicada ;) .
¡Ánimo!

La imagen escogida es: 

                                       

La historia comenzaría así:

Casi todos, inmersos en la dicha de nuestra inocencia, soñamos de niños que la vida adulta no ha de ser muy distinta de aquella que vivimos en la niñez, sino más bien, una continuación, con muchas mejoras, de esta. Sin embargo, nunca llegamos a imaginar el sinfín de obstáculos que van a ir dando forma al cuadro representativo de lo vivido.
Con doce años mi vida ideal se desmoronó. La imagen materna desapareció. ¿Cómo puede ser posible?. Eso no es justo. Las madres tienen que estar siempre. Eso era lo que yo había ideado. Pues no es así ...

13 comentarios:

  1. Un 20 de mayo mi madre desapareció de mi casa y de mi vida. Yo me quedé sola, con mi hermano y mi padre. Estábamos tristes y pensativos. Mi hermano y yo nos preguntábamos todo el tiempo por qué se había ido nuestra madre, sospechábamos que algo malo había pasado para que se hubiera ido. Mi padre nos intentaba distraer del tema diciendo que se había ido por unos días, pero pasaban los días, las semanas, y mi madre no regresaba. Los primeros días yo me sentía triste y confusa pero estoy últimos días me sentía impotente y con furia hacia mi madre, ya que no podía entender porqué una madre puede dejar a sus hijos de un día para otro.

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  2. Un día me revelé contra mi padre y me escapé de casa...mi hermano no quiso seguirme, decía que me estaba comportando como una niña pequeña.
    Fui hasta la única estación de policía de mi pueblo y les dije que quería saber donde estaba mi madre, lo necesitaba.
    Ellos me dijeron que no debía de estar allí, que era mejor que volviese a mi casa con mi familia e intentase calmarme.
    Les dije que era imposible calmarme...era mi madre, la persona que había estado a mi lado en los buenos momentos, pero más en los malos...¡como iba a tranquilizarme si el único pilar de mi vida había desaparecido y nadie quería decirme nada sobre el tema!

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  3. En este momento salí a todo correr de la comisaría y decidí que no me hacía falta nadie para buscarla. Yo lo iba a hacer por mi cuenta. Me senté en el único banco del parque que había en frente de la comisaría. Necesitaba pensar. ¿Dónde podría haber ido?

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  4. Intenté hacer memoria de todos los lugares que solía visitar con ella.Nuestra familia no es muy grande, la casa de los abuelos,la de la tía Mari, la casa de su amiga Laura... y pensé: ¿Dónde iría yo si quisiera alejarme de los míos y que no me encontrasen?. A la casa de los abuelos no, a la de la tía Mari quizás.

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  5. Eran altas horas de la madrugada, al día siguiente tenía clase pero no me importaba, no tenía sueño y solo quería encontrar a mi madre.
    Decidí ir a casa de mi tía Mari. Me abrió la puerta y me mandó entrar. Estaba muy preocupada porque no sabía el motivo por el que yo estaba allí a esa hora. Ella ya sabía lo de mi madre y tampoco sabía donde estaba o no lo quería decir. Le explique que quería encontrarla y que uno de los lugares clave era su casa, me dijo que allí no estaba así que decidí seguir buscando

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  6. Al salir de casa de Mari, la angustia me había dado hambre y fui a comprar a la única tienda abierta a aquellas horas. Estaba yo tranquilamente comprando pizza, cuando de repente un sonido de cristales me sobresaltó y unas voces extrañas de otro idioma comenzaron a gritar. Cuando salgo de detrás de las estanterías donde estaba la pizza veo como un hombre alto,rubio y fuerte encañonaba a la dependienta. Se trataba de un atraco.

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  7. Me quedé aterrada y me resguardé detrás de la estantería. Oía como la dependienta le suplicaba que no le hiciera nada y como el hombre le gritaba que se callara y que metiera todo el dinero de la caja registradora en una mochila negra que tenía en la mano. Fui con cuidado hasta la otra punta de la estantería, que daba justo a la puerta de salida y salí de allí corriendo. La calle estaba desierta pero encontré un bar abierto y decidí entrar a pedir ayuda.

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  8. ¡Dios mío, en qué lío me había metido!. Una menor prófuga de su casa, abandonada por su madre, a altas horas de la madrugada en una zona alejada, y ahora testigo de un atraco y quizá con alguna victima, pues al salir de la tienda, ya en la calle, escuché dos disparos. ¡Ojalá sólo hayan sido para amedrentar a la dependienta!, pero ¿y si no?...
    Entro como una exhalación en el bar, pero estaba desierto. Grito ¿hay alguien?. Nada, el silencio es la respuesta. La radio estaba encendida, el mostrador recogido pero ni rastro de vida humana. Me acerco a la esquina de la barra y ¡horror!: veo el cuerpo de un chico de rasgos sudamericanos tendido en el suelo. Al creerlo inconsciente, corrí hacia él y con la proximidad ya puede ver un terrible charco de sangre debajo de su cuerpo. Casi me desmayo. No podía ser posible. Estaba claro que la suerte hacía tiempo que no se acordaba de mí.
    Un teléfono, un teléfono, eso necesitaba. Mi móvil estaba sin saldo, para no variar. El bar tenía que tener uno. Yo no lo veía. Busca Silvia, busca. Nada. ¿Y ahora qué?

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  9. Vi una puerta, la abrí, había unas escaleras y las subí. Vi por fin un teléfono. Llamé a la policía y les conté lo ocurrido. No tardaron en venir. Me preguntaron que hacía una niña como yo en la calle, les respondí lo primero que se me ocurrió. Es que verá, mi perro se ha perdido, le enseñe una foto que tenía por casualidad en el móvil. Hice como que lloraba y me dejaron irme. Huí de allí corriendo, hacía mucho frió y decidí quedarme en un banco porque estaba muy cansada.... ¡Me he dormido! Me había dormido y ya casi era de día. De repente, vi entrar a una mujer en la casa de enfrente del banco. Me pareció raro porque esa casa estaba deshabitada desde hace tiempo. No paré de observar a la mujer, ¿ Y si era mi madre?. La mujer me miró y si, era mi madre, ¡No me lo podía creer, mi madre!. Corrí hacia ella pero antes de poder decirle una palabra se había guardado en la casa. No sabía que hacer. ¿Rompo esta ventana para entrar y saber de una vez por todas por qué se ha ido?

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  10. Decidí que lo mejor era esperar fuera para que si ella decidía salir, comprobar más de cerca que sí lo era. Tuve suerte porque a la media hora pude salir de esa duda. Estaba equivocada. Quizá las ganas de que yo tenía de verla hacía que cualquier mujer se le pareciese ante mis ojos. Con la desilusión de que no era mi madre, tomé rumbo a casa y con el miedo de haber presenciado un atraco con mis propios ojos y un asesinato, mi conciencia me pedía volver a casa.. Cuando llegué a casa mi padre no estaba solo, allí estaba en el salón con los policías que habían a mi llamada. La cara de mi padre era un poema y no precisamente de los agradables. Me habló el policia más alto y me djo que llevaban un buen rato esperándome y que disponía de media hora para ducharme y cambiarme. Me duché rápido y fui con ellos. En la comisaría me interrogaron. El policía más viejo y que más miedo daba, me dijo que necesitaban que describiese el rostro del atracador y qué explicase con detalle qué hacía yo a esas horas allí. Parecía que era yo la delincuente. Las preguntas se sucedían y yo sólo quería irme de allí. No me acordaba más que de la imagen del camarero en el suelo y de los gritos anteriores en la tienda, pero sobre todo de lo poco que me había durado la alegría al creer ver a mi madre. Entonces como despertando de un trance me di cuenta que ante mí estaba la oportunidad de investigar sobre eso. ¿Quién mejor que la policía para salir de dudas? Ellos tenían que burcarla y traérmela a casa.

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  11. Una noche de otoño, mi madre había salido de compras. Yo estaba en casa viendo una película en el salón de mi casa. Pasaron dos horas y mi madre aún no había llegado a casa. Le llamé al móvil, pero no contestaba. Fui al local, a donde se suponía que mi madre había ido y pregunté a ver si la habían visto, me dijeron que no. Un señor que me estaba escuchando, me dijo, que había visto a una mujer, correr hacia el oeste, (el lado opuesto de donde vivíamos). Llamé a la policía para mirar a ver si podían buscarla. Me colgaron, estaba sólo buscándola. Me fui a casa, me eché en el sofá y me dormí.

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  12. Esa noche, después del interrogatorio de la policía, soñé. Soñé el ansiado regreso de mi madre, la escena en la que nos abrazaba a mi hermano, a mi padre y a mi, nos decía que ya había acabado. Que todo volvería a ser como antes. Y entonces desperté, ¡eran las 7 de la tarde! La experiencia de la noche anterior me habia dejado exhausta...
    Baje abajo y me encontre a mi padre con barba de varios dias, una camiseta sucia y una botella de vodka en la mano. Nunca lo había visto asi. El olor a tabaco y a alcohol me empezo a marear y le pregunte a mi padre por enésima vez que donde estaba mi madre. Muerta me respondio. Yo le dije que eso era mentira, que era imposible. Y el me miro con ojos llorosos y me dijo que ya era hora de que descubriese lo que había sucedido de verdad, que ya no era una niña, Yo estaba asustada y a la vez contenta de que por fin me vaya a contar alguien donde esta mi madre a la que llevaba buscando desde hacía dos dias. Pero cuando me contó la verdad más bien me entraron ganas de ponerme a llorar y ahogar mis penas en alcohol como hizo él. Habían secuestrado a mi madre. ¿Y por que nadie hacía nada? ¿Por que la poli no la buscaba? Mi mundo se había puesto patas arriba.

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  13. Un día mi madre dio a luz a mi hermano pequeño. Mi madre estuvo en reposo durante 1 mes en el hospital. Después de eso, mi madre volvió a casa. Al día siguiente de volver, mi madre no estaba en la cocina, ella siempre estaba en la cocina esperándome para desayunar. En ese instante, pensé que se había dormido, así que subí a la habitación, para ver si estaba allí, pero no estaba. Rápidamente, me duché, me vestí y salí corriendo a la calle. Me pasé todo el día buscándola por : bares, casas de amigos, en la playa... No la encontré, pero nunca me iba a rendir. Como ya era de noche volví a mi casa a dormir. Al la mañana siguiente me desperté de una pesadilla en la que mi madre había muerto en un accidenta de coche. Al poco de despertarme, bajé a la cocina con la ilusión de que mi madre estuviese en casa, pero no fue así. Tenía que dar de comer a mi hermano pequeño, así que salí a hacer la compra. Cuando volvía de hacer la compra, choqué contra un señor muy gordo y que olía mal. Me pidió perdón y se fue, parecía muy agobiado, como si le estuviesen persiguiendo una manada de tigres. Cuando volví a casa, le dí de comer a mi hermano pequeño. Cuando miré el reloj eran las 9:00 de la noche, así que me fui a dormir. Pasaban las horas y yo no podía dormir, tenia grabado en la mente, que mi madre había desaparecido, no me la podí quitar de encima. Me quedé despierto hasta las 5:00 de la madrugada, hasta que me quedé dormido. Cuando me desperté eran las 2:00 de la tarde. Rápidamente, me levanté, tenía muchas cosas que hacer, no me podía quedar todo el día en la cama. Sobre las 6:00 de la tarde llamé a la policía para ver si podían buscarla. "Policía dígame, ¿en que puedo ayudarle?"- me preguntó. Yo no sabía que decir, solamente quería saber dónde estaba mi madre, así que colgué, y decidí buscarla yo sólo.

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